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04 enero, 2018

De la smart city al “smart neighborhood”

4S TEAM

Desde hace unos años se utiliza el concepto smart city como el punto de intersección entre tecnología y urbanismo. Se habla de ciudades que mejoran su funcionamiento con WiFi en espacios públicos, redes eléctricas inteligentes, sistemas de economía colaborativa, apps para contactar con la administración pública, etc.

Pero hoy en el mundo de la tecnología –y el real estate- hay un nuevo concepto que empieza a tener eco en el mercado: la llegada de los smart neighborhoods. El más famoso de estos proyectos es sin duda el megaproyecto de Quayside, en Toronto. Esta comunidad está siendo co-creada por Sidewalk labs, una subsidiaria de Alphabet (la compañía madre de Google) que intenta llevar la tecnología al mundo físico a gran escala. Así como esa iniciativa, hay más de una docena de nuevos proyectos en estados unidos que vienen con la etiqueta de “smart neighborhoods”. Estos proyectos simbolizan finalmente la llegada de la realidad post-digital al mundo del real estate.

Algunas de las características de estos nuevos proyectos son:

  1. Información, información, información. La clave para tener un espacio inteligente es que pueda ser responsivo a la situación que vive. En ese sentido estos nuevos proyectos integran información de los habitantes de la comunidad, de los espacios públicos e incluso de las calles. Toda esta información se genera con miras de que diferentes sistemas puedan procesarla. Algunos sistemas hoy ya existen, otros se tendrán que crear específicamente para el tema. Crear un lugar que genera información para conocer su funcionamiento será un nuevo reto para el desarrollador inmobiliario.
  2. Uso energético eficiente y generación eléctrica. Sin duda la preocupación central de la comunidad inteligente es crear nuevos protocolos que hagan más eficiente el uso energético. En este sentido no solo se trata de tener equipos eficientes, sino de crear una microred eléctrica específica para el proyecto. Signature homes, en Alabama, ha sido pionera en el concepto de “microgrid”, en el que integra un campo de paneles solares con sistemas de almacenaje (baterías) y generadores propios. Este sistema tiene la capacidad de generar hasta 586,000 kw horas anualmente. Al compartir este sistema en la comunidad, se maximiza el uso de los paneles. Dado el alto costo de muchos de estos sistemas, hará enorme sentido el compartir este tipo de activos.
  3. Administración de la comunidad. Es increíble como los protocolos, decisiones y procesos de operación de una comunidad sigan siendo artesanales y lentos. A través de software se puede mejorar el proceso de comunicación entre vecinos, así como toma de decisiones, votaciones e inclusive reuniones virtuales de consejos vecinales. En el futuro el software crea un espacio digital que complementa el espacio mismo físico. El software se convierte en la estructura social que organiza y alienta la convivencia en la comunidad.
  4. Inteligencia artificial en la seguridad. Los sistemas más avanzados de seguridad hoy utilizan el AI para detectar situaciones sospechosas y así alertar al equipo de seguridad y la fuerza pública. Con estos sistemas, se analiza mucha mayor información de video y se puede inclusive llegar a tener protocolos preventivos. En nuestra región donde la seguridad es tan valorada, ser punta de lanza tecnológico puede ser un enorme valor ante el mercado. El desarrollador inmobiliario del futuro utiliza la inteligencia artificial para resolver los problemas más conocidos del negocio.
  5. Internet de las cosas, escala pública. Hoy los gadgets tecnológicos aplicados a espacios habitables ya es de todos los días. Sin embargo, poco se utilizan estos nuevos accesorios en áreas comunes y espacios públicos. Proponer una comunidad que realmente se atreva en este sentido será fundamental para que el residente perciba la tecnología a su alrededor. Por supuesto que siempre está la discusión del riesgo de poner hardware que puede caducar muy rápido, por lo que también se requiere de un protocolo de renovación tecnológica. El rol del desarrollador es crear una comunidad que se adapte al nuevo ritmo tecnológico (en lugar de evitarlo).   

Aquellos desarrolladores inmobiliarios que trabajen en la creación de comunidades futuristas deberán voltear a ver estos ingredientes para integrarlos progresivamente a sus proyectos. Grupo 4S ya trabaja con un par de desarrolladores latinoamericanos con los que se están creando las primeras smart neighborhoods. En breve se anunciarán proyectos en dos países diferentes con cualidades y estrategias específicas.

En el futuro el desarrollador inmobiliario es integrador de tecnologías para mejorar los espacios creados.

*Carlos Muñoz 4S es el encargado en tentar a los desarrolladores inmobiliarios sobre las posibilidades del futuro. Si quieres traer el futuro a tu proyecto inmobiliario no dudes en contactarlo en carlos@grupo4s.com

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